03 May VOCACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:
ABRAHAM
Parte 2
Por Guidoberto Mahecha
Muy a nuestro pesar notamos que buena parte de los estudios que hablan de vocación tienden a centrarse en la vocación profética. La vocación profética es una entre muchas otras vocaciones. Si unimos los ministerios y los servicios citados en el Nuevo Testamento, especialmente de Romanos 12, en el que no solamente se muestran como ministerios la profecía y la exhortación, sino que también el servir y el dar son dones, encontramos que el campo de las vocaciones es sumamente amplio y que prácticamente todo tipo de servicio o ministerio a otras personas puede ser considerado como vocación.
En los estudios que siguen, buscamos resaltar alguna de las cualidades o dificultades con las que se enfrenta una persona en el cumplimiento de su vocación.
ABRAHAM: PATRIARCA ESCOGIDO POR DIOS
Queremos destacar algunas de las cualidades que hicieron de Abraham un modelo para considerar el significado de la vocación. Los textos bíblicos nos muestran que Abraham fue un hombre que en medio de su cultura decidió aceptar la invitación de Dios para comenzar un ministerio que lo llevó a formar un pueblo en una tierra nueva. De esta manera, su vocación dio paso para la formación de un pueblo que sería el heredero de las promesas y canal de bendición para todas las naciones.
En el caso de Abrahán, el primer elemento de la vocación es el llamado de Dios que da inicio a lo que podríamos llamar una vocación dinámica. En Génesis 12.1-3 es el llamado a una misión que incluye salir de su país, dejar su familia y aun de la casa de su padre. La segunda parte es la promesa de Dios: descendencia y bendición, un nombre y bendición para otras naciones. En el versículo cuatro encontramos el segundo elemento de la vocación, es decir, la respuesta y compromiso del ser humano. Abraham obedece a Dios y comienza su peregrinaje. Para Abraham la vocación tiene que ver con tomar un camino un tanto desconocido en fe y esperanza. Esto nos lleva a pensar que el compromiso vocacional con Dios nunca es un camino visiblemente seguro, aunque existe la confianza que detrás está Dios pronto a cumplir sus promesas.
Otro aspecto importante de la vocación de Abrahán es que él mantiene la confianza en la promesa de Dios, aunque todo pareciera estar en su contra. Dios le promete descendencia, aunque tanto Abraham como su esposa eran ya viejos, y el texto afirma que Sara era estéril (Gen 11.30). Dios le promete una nación, pero Abraham vive toda su vida como peregrino en tierra extraña. Lo único que llega a poseer de esa tierra es un lugar donde enterrar a su esposa y donde poder ser enterrado (Gen 23; 25.7, 8).
La vocación de Abraham es el compromiso de un ser humano con Dios en el cumplimiento de un pacto. Vemos también en la historia de Abraham que la vocación no lo hace inmune a las fallas. Abraham y Sara, por ejemplo, expulsan a una mujer esclava, ignorando incluso las costumbres de su época (Génesis 16 y 21.9-21). Siguiendo las ideas de Elsa Tamez en «La mujer que complico la historia de la salvación»,1 Abraham como patriarca acepta el plan de Sara para tener un hijo con la esclava Agar (algo común en aquél ambiente cultural de esa época). Pero después del nacimiento de Isaac, cuando Agar y su hijo ya no son necesarios para asegurar la descendencia, son expulsados. Dios, sin embargo, no abandona a Agar e Ismael, y les hace una promesa de descendencia. Esta presencia de Dios nos advierte que el cumplimiento de la vocación no es justificación para sacrificar o marginar a otros seres humanos ni pisotear sus derechos.
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2 ElsaTamez,“La mujer que complico la Historia de la Salvación”.Media Development, 1981
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Artículo extraído del libro “Descubre la Biblia” / Tomo 1 / Artículo: La vocación y la Biblia / Por Guidoberto Mahecha