Lucas: El profeta y su ciudad

Lucas: El profeta y su ciudad

Lucas: El profeta y su ciudad

Por Marlon Winedt

Buenas nuevas para todos: judíos y no judíos, oprimidos, pobres y mujeres.

El Evangelio de Lucas coloca en el centro de su mensaje la preocupación de Dios por los marginados y excluidos de la sociedad. Además, se da un lugar muy especial a la historia de salvación y al papel de Jesús como el profeta que iba a morir en la ciudad santa.

El interés por los marginados y despreciados de la sociedad se puede ver desde el principio del Evangelio, donde el autor hace desfilar a varias mujeres como protagonistas del nacimiento tanto de Jesús como de Juan el Bautista. Además, en el capítulo 2, los principales receptores del evangelio o anuncio del nacimiento del Salvador fueron los pastores que a la vez se constituyeron en los primeros proclamadores del advenimiento del Mesías. En las bienaventuranzas, Lucas, a diferencia de Mateo, afirma que «los pobres» —sin otro adjetivo—son primerísimos miembros del reino de Dios (6.20). No cabe duda de que Lucas se refiere a los pobres desde la perspectiva material y económica al incluir en el contexto de su enseñanza una maldición contra los ricos (6.24-25).

Los Evangelios – Parte 2

Lucas más que Mateo coloca el énfasis en la universalidad del Mesías y de su obra salvífica. Lucas también tiene una lista genealógica, pero a diferencia de Mateo, la suya termina con el principio de la humanidad: …hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios (3.38).  Jesús, más que judío, es «ser humano» y más allá de ser «ser humano» es el «¡Hijo de Dios!».  Por otro lado, debido a que Lucas es el primer volumen de una obra en dos tomos (Lucas—Hechos de los Apóstoles), un buen número de temas tratados en el primer tomo encuentran su culminación en Hechos. En este segundo tomo, las buenas nuevas de salvación alcanzan Roma, el centro del mundo civilizado de aquel entonces (Hch 27.1-28.31). Pero ese énfasis en la universalidad no ignora al papel del pueblo Judío. En Lucas la historia de salvación esta obviamente  anclada en la historia de salvación Judía. Es de allí que comienza y se extiende por todas las naciones.

En Lucas, Jesús, el profeta rechazado, proclama la llegada del evangelio y del año del jubileo a los pobres y oprimidos. En Lucas 4.16-30, Jesús, al dar inicio a su ministerio en su pueblo natal, presenta su programa mesiánico como el cumplimiento de la profecía de Isaías (61.1-2 y 58.6):

El Espíritu del Señor está sobre mí,

porque me ha consagrado

para llevar la buena noticia a los pobres;

me ha enviado a anunciar libertad a los presos

y dar vista a los ciegos;

a poner en libertad a los oprimidos;

a anunciar el año favorable del Señor.

Los evangelios Parte II

En ese ministerio profético, el trabajo del Espíritu funciona como el eje. Si el Espíritu Santo juega un papel clave en el ministerio de Jesús, no es sorpresa alguna que sea tema central del trabajo del escritor en Lucas-Hechos.