El Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento Parte 4 / HACIA UN ENTENDIMIENTO DE LA RELACIÓN AT-NT

El Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento Parte 4 / HACIA UN ENTENDIMIENTO DE LA RELACIÓN AT-NT

El Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento Parte 4 / HACIA UN ENTENDIMIENTO DE LA RELACIÓN AT-NT


Por William Mitchell

COMPARACIONES EXTRAÑAS / Ciertos usos del AT en los evangelios parecen raros a la mente moderna, pero eran muy entendibles para los lectores u oyentes del primer siglo pues reflejan cómo interpretaban textos en aquella época. Mateo 2.18 (TLA) cita las palabras de Jeremías 31.15:

Grandes llantos y lamentos
oyó la gente de Ramá.
Era Raquel, que lloraba
por la muerte de sus hijos,
y no quería ser consolada.

Jeremías habla de la tragedia del exilio, del destierro de Israel a Babilonia. Raquel—la «madre» de Israel—que murió siglos antes (Gn. 35.16-20), llora inconsolablemente por los descendientes de sus hijos José y Benjamín. En el libro de Jeremías, este texto es seguido por un mensaje de aliento para el pueblo. ¿Cuál es la relación con Mateo? Quizás el autor imaginó a Raquel llorando nuevamente, esta vez por los niños que murieron en la barbarie de Herodes. Pero, ¿lo profetizó Jeremías?

Los escritores del NT a menudo encontraban en los eventos del AT elementos que correspondían con acontecimientos en su tiempo. Los llamaban «tipos» (griego: tupos) o «ejemplos» (cf., 1 Co 10.6, 11). Los eventos del AT sirvieron de paradigmas o modelos formativos para entender lo que pasaba en la vida de Jesucristo y en la experiencia de la iglesia. De esa manera el mensaje consolador de Jeremías 31.16-20 se aplica a la muerte de niños en Belén. En ambos casos, Dios permite el sufrimiento, pero detrás de todo trabaja para lograr grandes cosas por la salvación de la humanidad.

Interpretaciones que sorprenden

Lectores del siglo veintiuno encuentran ciertas interpretaciones del Antiguo Testamento que les sorprenden. Algunas de estas lecturas inesperadas se deben a la interpretación alegórica. La alegoría convierte una historia cuyo significado parece claro y obvio en un mensaje en código. A los personajes, objetos y detalles del evento o relato se les dan un significado secreto, y esto le proporciona un mensaje muy diferente al mensaje «original».

En Gálatas 4.21-31, Pablo contrasta la creencia de la relación estrecha entre la obediencia a la ley y la salvación con la del evangelio que él predicó: la salvación por la fe en Jesucristo. Para convencer a su público, Pablo interpreta la historia de Abraham, Sara, Agar, y sus hijos Ismael e Isaac (Gn. 21.1-21). Pablo argumenta que Ismael simboliza una relación basada en la ley, por lo cual es rechazado, mientras que Isaac ejemplifica una relación que nace de la fe, y es aceptado. Para confirmar esto, Pablo añade que los descendientes de Ismael vivían en la zona del Monte Sinaí, y que la Jerusalén de aquel entonces seguía bajo la ley, sin libertad. En cambio los cristianos, por haber nacido de nuevo (cf. Sal 87), eran de la «Jerusalén celestial» donde primaba el amor y no las leyes y reglamentos: Hermanos, nosotros no somos esclavos de la ley, sino que somos libres. No somos como el hijo de la esclava, sino como el de la mujer libre (Gl. 4.31, TLA).

La interpretación tipológica se basaba en eventos históricos y contrasta con la interpretación alegórica que se basaba en un sistema lingüístico de signos o códigos semióticos que presuponía resonancias o paralelos entre ideas o significados semióticos (Thiselton, 2000: 732). La gente del tiempo del NT estaba acostumbrada a estas maneras de pensar y presentar el mensaje cristiano en búsqueda de un entendimiento de los propósitos de Dios a lo largo de la historia. Hoy participamos en la misma búsqueda, con herramientas apropiadas y adecuadas para nuestra realidad y contexto.

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Este articulo ha sido tomado del libro “Descubre la Biblia”, Tomo II, de las Sociedades Bíblicas Unidas.

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