DEVOCIONAL

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EL INGREDIENTE
«De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.» (Mateo 16.26, página 1561)¡Querían lograrlo! Ana y Nancy sabían que sería muy difícil superar a su abuela en la elaboración de aquel delicioso pastel de chocolate, pero decidieron intentarlo. Escribieron la receta en un papel, salieron a hacer las compras y regresaron con la firme intención de lograr lo que se habían propuesto. Mezclaron la harina, los huevos, el azúcar, la esencia de vainilla, el chocolate y otros ingredientes. Luego vertieron la preparación en un molde y lo introdujeron en el horno. ¡Estaban ansiosas por disfrutar del resultado!Pero después de unos minutos algo no andaba bien: el pastel no se elevaba… ¡estaba como al comienzo! Finalmente, el pastel quedó hecho algo imposible de comer. ¿Qué había ocurrido? Trataron de recordar lo que habían hecho, cada paso que habían dado y no lograban descubrir dónde estaba el problema. Entonces, cuando le contaron a su abuela, encontraron el error: ¡se habían olvidado del polvo leudante!La lección que Nancy y Ana aprendieron aquel día puede resultar útil para pensar en la manera en que algunas personas llevan adelante su vida. Tal vez tengan relaciones, bienes y proyectos que podrían darles felicidad. ¡Y quizás logren un poco de alegría durante un tiempo! Sin embargo, la verdadera plenitud se disfruta cuando los seres humanos incorporamos el ingrediente fundamental en nuestra vida: una relación personal con Jesús. Por eso, disfrutemos, soñemos, proyectemos, estudiemos y vivamos la vida al máximo. ¡Pero nunca olvidemos el ingrediente principal!Sumérgete: Si una comida no tiene sal, es difícil apreciar su sabor. Si un hombre o una mujer no tienen una relación personal con Dios, jamás podrán saborear la vida en plenitud.


Devocional Extraído de la Biblia Juvenil H2O

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