06 May DEVOCIONAL
Salmo 80.14-19
Es un salmo de súplica, presenta la historia de Israel a través de una alegoría sobre una vid traída desde Egipto para ser plantada en Canaan. Inicia con un ruego al Pastor de Israel, uno de los Nombres de Dios; ese nombre de Dios se menciona por primera vez cuando Jacob da su bendición patriarcal a José. En el salmo 80, Dios es el Pastor de José, como cumplimiento de la bendición dada por Jacob a su hijo José y la súplica es a ese Pastor que guía a su pueblo, vive entre querubines, pero también con el pobre y afligido.
La súplica es para que Dios manifieste su poder una vez más en la historia, el escritor hace el repaso de la historia de Israel y se pregunta a si mismo, por qué si Dios siembre ha sido el muro de protección alrededor de su pueblo, ahora ha quitado esa protección. El escritor describe nuestra propia realidad, vivimos una historia de protección al amparo de Dios, nos guía, nos guarda, nos hace importantes; pero una de las etapas más difíciles en una relación con Dios es, cuando Él nos parece distante, y nos sentimos fuera de la protección de Dios, nos duele esa distancia, ese silencio, pero muy pocas veces reflexionamos sobre lo qué ocasionó ese distanciamiento; en la mayoría de los casos somos nosotros mismos, quienes en el afán de tener poder o disfrutar la vida, nos salimos de su protección, es entonces cuando Dios se hace a un lado para que nosotros sigamos adelante. Volvamos a Su mano como dice en Isaías 49.16, “Yo te llevo grabada en la palma de mis manos, siempre tengo presente tus murallas”.
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