23 Abr DEVOCIONAL
Salmo 73.1-12
Este es un salmo didáctico o sapiencial, es decir para desarrollar carácter. El escritor confiesa que puso su mirada en lo que otros tienen y comparó el éxito de los demás con los suyos; eso le llevo a tener envidia, lo llevo a sentirse afligido, vio que quienes le rodean no tienen preocupaciones, todo les sale bien, siempre cumplen sus deseos; miró además, como todo les sale bien y viven con todo lo necesario, y aun así siempre están ofendiendo a Dios, viven sin preocupación alguna de obedecer a Dios.
Toda esa experiencia de mirar cómo prospera aquel que no obedece a Dios lo llevó a dudar de Dios mismo, puso en entredicho sus convicciones. El ver al rico, mal hablado y grosero prosperar puede hacernos dudar de nuestras creencias. La primera pregunta que nos llega a la mente siempre es ¿Por qué si procuro vivir bajo las normas de Dios, no todo me sale bien? Ellos viven sin tener cuidado alguno de agradar a Dios, se burlan de Dios y nada les pasa. Una reflexión de ese tipo pone en juego nuestras convicciones. Mañana continuaremos analizado este salmo, mientras piensa, la envidia es mirar lo que otros tienen sin valorar lo que tú tienes.
¡Valoremos lo que Dios nos ha dado! Seamos agradecimos en la abundancia o en la escasez…
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